El otoño azulgrana del 86

La suerte de los dos equipos estaba ya juzgada en aquel 20 de abril de 1986. El San Lorenzo de Nito Veiga, ya clasificado a la liguilla pre-libertadores había ido a Bolivia a jugar 3 partidos en 5 días para recaudar la falta angustiante de dineros. Los de Patricios no podían evitar el octogonal contra los equipos de la B para permanecer en la máxima elite.

El partido fue una anécdota estadística que concluyó empatada en un gol. El “Toti” Iglesias, aquel desmemoriado salido del semillero azulgrana hizo el gol de los locales, que gritó con toda el alma. Luego Cousillas le detuvo un penal a Cabrera y Giunta lo empató con un tiro de 25 metros que sorprendió a Gay. Nada más..

La hinchada azulgrana llegó esa tarde por la Avenida Jujuy con el cajón mortuorio y las coronas de flores, algunas de las cuales ingresaron al estadio. También hubo banderas con inscripciones: “Chau globo” “En el año 2062 Huracán volverá con el cometa Halley”. La voz del estadio local jugaba su parte provocadora al anunciar los cambios: “Informa Supermercado Carrefour, ubicado en Avenida La Plata e Inclán, donde antes había un gasómetro”.  La cancha era un polvorín por detonar.

El final del partido fue un griterío de ambos lados. Hubo incidentes dentro y fuera de la cancha. Nadie en la tribuna azulgrana abandonaba el estadio y el grito de “Ay ay ay por más que salten se van igual” era ensordecedor. Los bomberos quisieron retirar a la fuerza a los “santos” a puro chorro de agua helada. Nadie se quejó del néctar “mágico” en medio de la algarabía.

Dos meses después y cuando aún resonaba la alegría de la victoria Argentina ante Inglaterra en el Mundial de México, el descenso quemero ante Italiano el 24 de junio resultó un bálsamo para todo el pueblo azulgrana. En la misma fecha pero 26 años después San Lorenzo venció a San Martín de San Juan evitando un descenso que parecía un hecho. Las vueltas irónicas del fútbol.