La leyenda del Hombre Bala
San Lorenzo vuelve a enfrentar a Boca en Mar del Plata, a quien no vence en dicha ciudad desde el 27 de enero del 2005. Aquella noche convirtió el único gol de la victoria un “crack” que no fue, pero que la imaginación del “Bambino” Veira perpetuó en el recuerdo del hincha: Jorge Drovandi.
Esa noche a San Lorenzo le bastaba solo con el empate para ganar el torneo pentagonal veraniego. El Ciclón había empatado con Independiente sin goles, para luego vencer a River por 3 a 0 y Racing 1 a 0. Los dirigidos por Veira se preparaban para disputar la Libertadores, con un optimismo desmesurado para lo que fue luego el rendimiento del equipo.
Debido a la ausencia del “pocho” Lavezzi que jugaba el Sudamericano sub20, el “Bambino” comenzó a probar a un joven delantero santafecino de 20 años, que se destacaba por su velocidad. Jorge Drovandi sumó minutos con el rojo y con los de la banda, siendo luego titular con Racing. La buena labor pareció presumir que se estaba hasta un delantero explosivo, por tal motivo fue ratificado como titular ante los boquenses.
San Lorenzo se presentó esa noche con José Ramírez; Leandro Alvarez, Walter García, Ariel Pereyra y Paredes; Hernán A. González (Coudet), Michelini, Santana, Montillo (J. Ortíz); Drovandi (Messera) y Herrera. La única alegría de la noche llegó a los 8m cuando un pase en profundidad dejó solo a Drovandi, que definió rápida de cachetada con la zurda ante la salida de Abbondanzieri. Un gol de crack para alguien que no lo fue.
Esa noche Drovandi se llevó todas las cámaras y Veira enseguida lo apodó “el hombre bala”, por su velocidad desequilibrante. Sin embargo su estela duró menos que un suspiro. En total fueron solo 6 partidos, ingresando en casi todos desde el banco de suplentes. Luego su carrera continuó en declive por otros clubes argentinos o extranjeros de segundo orden. El hombre bala quedará en el recuerdo por su gol a Boca, club al que cualquiera le convierte un gol cuando se viste la camiseta azulgrana.