Pampa, acá tenés el 5

En la tarde del clásico, San Lorenzo se jugaba más que el partido con Boca, porque era la chance ideal para recortar puntos en la pelea por una Superliga a la que todavía le resta bastante. Además debía revertir la imagen triste que había dejado en el Mario Alberto Kempes frente a Talleres, si quería tener alguna posibilidad de ganarle a Boca.

Para esto, Claudio Biaggio metió mano en el equipo, devolviéndole la titularidad a Paulo Díaz y a Gabriel Gudiño, y eligiendo la experienca de Fabricio Coloccini por sobre la proyección de Marcos Senesi. Más allá de esas tres variantes, el cambio que más ruido generó en la semana fue la salida del ídolo, Juan Ignacio Mercier, para que ingrese otro joven como lo es el paraguayo Robert Piris Da Motta.

El mediocampista central nacido en Ciudad del Este tuvo una actuación inmejorable, sumándole el partido que se jugaba, los rivales que debía marcar y sobre todo, la expulsión infantil en el primer tiempo de su ayudante más cercano, Facundo Quignón. Quitó, relevó, supo cuando meterse cerca de los centrales, gambeteó con coraje y sufrió del celosismo de Silvio Trucco en alguna dividida con Tévez, al que opacó durante gran parte de la tarde. Ahora resta ver si Biaggio decide mantenerle la confianza y afianzarlo como el cinco titular de San Lorenzo, algo que parece que después del clásico, se ganó con creces.