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San Lorenzo venía de recibir una goleada histórica, golpeado y con ocho cambios para enfrentar a Atlético Mineiro por Copa Sudamericana. Pero como si nada hubiera sucedido en el fin de semana, el elenco cuervo saltó al campo con ganas de comerse al rival y no dejar escapar el triunfo, que terminó 1-0 para los de Boedo.

Desde el inicio del encuentro, los dirigidos por Claudio Biaggio presionaron la salida del equipo brasileño, forzándolos a cometer errores. Pero también hubo conflictos en la salida propia, como cuando Mercier, a los 50 segundos de comenzado el partido, le dejó servida una ocasión clara de gol a Juan Cazares, que el colombiano terminó despilfarrando para suerte de San Lorenzo.

De todas formas, Juan Mercier, que volvía a ser titular luego del partido con Olimpo, subió paulatinamente el nivel y terminó por conformar un mediocampo equilibrado con el paraguayo Robert Piris da Motta, de un excelente nivel futbolístico. Detrás de ellos, tampoco había falencias. Gonzalo Rodríguez y Marcos Senesi jugaron con la seguridad de los futbolistas que son titulares indiscutidos. Destacable el gran rendimiento de Senesi  -que está más para ser titular que suplente de Caruzzo-, que mostró su buen juego, timing para marcar y adelantarse a las jugadas, e incluso salir jugado y sumarse al ataque.

Por las bandas, Paulo Díaz volvió a levantar el nivel. Pasó al ataque como nunca antes lo había hecho. Desbordó y mandó centros a más no poder y se asoció con Gabriel Gudiño, quien tuvo una actuación magnífica y coronó su noche con un gol. Por el otro lado, Gabriel Rojas también estuvo muy seguro. Defendió bien, pero pasó menos al ataque. Al contrario del tándem logrado por Díaz y Gudiño, Rojas y Alexis Castro, que ocupó el lado izquierdo, no se asociaron tanto y no explotaron del todo la banda izquierda para ser punzantes.

Rubén Botta y Nicolás Blandi formaron la delantera. A Botta se lo vio más adelantado de lo normal, aunque se puso el overol de creador de juego. Incluso el tanto del Ciclón viene de una jugada suya, en la que enganchó para el centro y, en vez de rematar, le cedió el placer a Castro, quien no dudó y tiró al arco. La pelota rebotó en Blandi, el arquero desvió con las piernas y le quedó a Gudiño para el gol.

Párrafo aparte para Blandi, y se suma también Reniero que luego lo reemplazó. Los delanteros se notaron muy erráticos de cara al arco. No lograron concretar jugadas claras y desaprovecharon la oportunidad de darle más ventaja a San Lorenzo para la vuelta.

Una mención especial merece Juan Ignacio Cavallaro, quien por primera vez después de casi un año, volvió a disputar un partido profesional. El volante, que fue campeón con el Ciclón del Torneo Inicial 2013 y Libertadores 2014, se había lesionado de gravedad cuando aún jugaba para Estudiantes. En La Plata fue operado  -mal-, y cuando jugó de nuevo, se resintió. Cuando llegó a San Lorenzo luego del prestamo en el Pincharrata debió ser operado nuevamente y se terminó de recuperar para ayer pisar de nuevo un campo de juego. Tuvo una actuación buena, sin ser destacado. Pero lo más importante es que el entrerriano comience a sumar minutos y ponerse a nivel.