Un final amargo

San Lorenzo debía ir al estadio Monumental a finalizar con su participación en la Superliga. El objetivo de entrar a la Copa Libertadores del año próximo ya aparecía cumplido, por eso lo que los hinchas esperaban era, que sin presión, el equipo de animara a más contra un rival permeable, algo que no sucedió.

Todo el partido el Ciclón estuvo más pendiente de resguardar el arco de José Devecchi (lució muy nervioso) que de buscar cómo lastimar el de Franco Armani. No parecía difícil inquietar a una defensa millonaria que no hacía pie, pero la falta de intención fue lo más preocupante.

En el primer tiempo hubo dos ataques puntuales de River, uno de ellos anticipó lo que iba a terminar pasando el primer tanto del local. Mal paso hacia adelante de Marcos Senesi, aprovechado por un segunda punta que rompe desde atrás: En la inicial Scocco le dio al palo.

Los de Gallardo no iban a perdonar dos veces el mismo error; A los nueve del complemento, Senesi falló en la intercepción y el que cortó como una flecha a la defensa azulgrana fue Ignacio Fernández, para poner en ventaja a River cuando el Matador parecía querer adelantarse unos metros.

Con la desventaja en el marcador, San Lorenzo se mostró carente de ideas, pero a pesar de esto Nicolás Reniero (cumplió una buena actuación) tuvo un tremendo cabezazo que tapó Armani.

Minutos más tarde, un cúmulo de errores defensivos (donde Gudiño rechazó hacia el medio y nadie despejó) le dejó en bandeja el segundo a Rafael Santos Borré, que liquidó las acciones cuando faltaban siete minutos para el final.

Con este 2 a 0 se culmina una Superliga por demás austera para San Lorenzo, que pese a no tener grandes nombres en su plantel, se metió en la próxima Copa Libertadores. Está claro que para ser un competidor directo de Boca y River, el Ciclón tendrá que pulir su idea táctica y comprar -bien- en varios puestos, porque los chicos dieron la cara pero todavía les falta para dar el salto.