Primer paso dado
San Lorenzo venció 3-2 a Villa La Ñata por la final de ida en el club Villa Modelo. El jueves será la vuelta en Boedo a las 21hs.
Se vivieron 40 minutos a todo ritmo en Gerli. La final de ida estuvo a la altura tanto para San Lorenzo como para La Ñata. Arrancó muy intenso el “Ciclón”, presionando la salida del rival y dando rédito. A los 2 minutos ya había logrado la primera situación de peligro en los pies de Pablo Vidal que remató desviado. De esa contra, se salvó San Lorenzo, el tiro de Ramírez se estrelló en el palo.
El partido no daba respiro, a los 5 el travesaño le negó el gol a Menzeguez y en el rebote se lo perdió Mariano Quintairos para el equipo de Facundo Ruscica.
Con el correr de los minutos, San Lorenzo fue ganando terreno y generaba peligro al arco defendido por Sebastián Rodríguez. El “1” naranja se agrandaba ante remates del “Gallego” Rodríguez y Baisel, sumado a la suerte de los palos que, nuevamente, lo ayudaban.
Pero, tanto va el cántaro a la fuente…Que a los 16 minutos llegó el grito azulgrana, el desahogo del goleador Pablo Vidal y de todo el banco visitante. Recuperación de Rodríguez, habilitación al “9” y pase a la red para decretar el 1 a 0 y final del primer tiempo.
Los segundos veinte minutos tuvieron mayor intensidad que los primeros. Fue tan así que a los 2 minutos empató La Ñata por medio de una jugada personal de Iván Brizuela.
Sin dejar pasar el tiempo, 3 minutos más tarde volvió a aparecer el “Gallego” Rodríguez con una gran maniobra personal, nueva habilitación a Vidal que, con olfato de goleador, se posicionó en el segundo palo para empujarla y darle la ventaja al Ciclón.
A los 7 pudo aumentar la diferencia el equipo de Ruscica de no ser por la increíble doble atajada de Sebastián Rodríguez sobre Menzeguez primero y Quintairos después. El arquero mantenía en partido a su equipo junto a Iván Brizuela, que con una gran apilada por izquierda y una definición rápida ponía el 2 a 2 a los 10 minutos.
Otra vez todo como al comienzo, y fue ahí cuando apareció el amor propio de este equipo, el carácter, las ganas para no bajar los brazos e ir por más. No conformarse con el empate. A falta de 4 minutos dio resultado la presión alta azulgrana, pateó Vidal y en el rebote Juan Rodríguez ingresó con pelota y todo al arco para desatar la locura del campeón de la Copa Argentina.
Los últimos minutos fueron tensionados de ambos lados, pero siempre cautos porque se sabe que esto recién arranca y el jueves en Boedo será la revancha donde se definirá quién se queda con toda la gloria.
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