Sin intensidad ni generación: ¿se acabó lo que se daba?

San Lorenzo acumula ya cuatro partidos sin triunfos, pero lo más preocupante es que se visibiliza una merma de energía al mismo tiempo que se volvió monótono y previsible en ataque. ¿Una meseta o se quedó sin nafta?

San Lorenzo no pudo contra Palestino y se complicó en la Copa. Foto: AFP

San Lorenzo no pudo contra Palestino y se complicó en la Copa. Foto: AFP

Si se empieza este análisis diciendo que bastante está logrando este San Lorenzo con lo poco que tiene, seguro pensarán que primero viene la caricia y atrás, el golpe. Y así será si se considera un golpe a describir lo que le viene pasando al equipo de Rubén Darío Insua hace ya algunos partidos.

Contra Colón dejó escapar la chance de acercarse a River. Contra Palestino dejó escapar la chance de depender de sí para clasificarse en la Copa Sudamericana y se complicó demasiado. Y en ambos casos el denominador común fue que el Ciclón careció de la intensidad que caracterizó a este ciclo del Gallego y tampoco tuvo ideas en la generación de juego por lo que se le complicó pisar el área rival, contra adversarios totalmente ganables. En la derrota ante Barracas Central se vio la misma problemática. Ya van cuatro encuentros en fila sin victorias. Y la preocupación se instaló en Boedo. ¿Se acabó la nafta?

El Gallego construyó una ilusión desde cero y con escaso material. Fue poniendo ladrillo sobre ladrillo desde su arribo el año pasado. De a poco el equipo ganó confianza, creció, se hizo fuerte, duro. Su sello no es el brillo, claro; su selló es la entrega. Todos corren, todos macan, todos también juegan. Así se metió de nuevo al plano internacional. Así también es transformó es uno de los protagonistas del campeonato local, detrás de un River con un plantel incomparable.

Sin embargo, en una semana clave para las aspiraciones en el semestre se notó una merma importante de energía. Sigue siendo un equipo muy complicado para hacerle goles, aunque se le dificulta cada vez más poder hacer goles en el arco de enfrente. ¿A qué se debe?

El bajón es muy visible. Hay rendimientos individuales que disminuyeron. Adam Bareiro no la mete, Andrés Vombergar parece cada vez más fastidioso por la derecha, Jalil Elías tampoco está travesando un buen momento en el medio, ni hablar de Carlos Sánchez y Agustín Giay no volvió en buen nivel del Mundial Sub 20. El recambio, que no es mucho, tampoco brinda soluciones cuando le toca ingresar como quizá sí lo hacía antes: Ivan Leguizamón, Ezequiel Cerutti, Agustín Martegani, Nicolás Blandi, por citar algunos casos.

La defensa continúa siendo lo más estable. Los centrales se muestran sólidos y Augusto Batalla da seguridad bajo los tres palos. Malcom Braida sostiene su buen desempeño y Nahuel Barrios es el único que levanta a la gente con sus gambetas impredecibles. Y aquí está uno de los grandes inconvenientes de este San Lorenzo estancado: si no es por el Perrito y su sociedad con Braida por la banda izquierda, el equipo no produce.

No hay una rueda de auxilio a este tandem que tan bien funciona pero al que los rivales ya le van tomando la mano. Así, el Ciclón se vuelve predecible, sin sorpresa, sin variantes en ataque. Todo es monótono, repetitivo. Y ante esta falta de variantes, aparecen los centros a la nada (¿cuántos se tiraron sin ganar absolutamente ninguno contra Colón y Palestino?). Nadie le pega al arco. Nadie intenta otra cosa. No se encuentran socios en otro sector de la cancha.

¿Se trata de una meseta o definitivamente se acabó lo que se daba y esto es hasta dónde puede llegar San Lorenzo? La recta final del semetre entregará la respuesta. Ya pasó por algo similar el elenco de Boedo en 2022. La derrota con River se hilvanó con la caída ante Lanús con un segundo tiempo preocupante. No obstante, el equipo del Gallego resurgió en el clásico con Huracán y ya no volvió a decaer.

Bien podría este presente tratarse de algo parecido y el Ciclón logre reaccionar con algún partido bisagra que le devuelva la impronta que supo tener hasta hace poco. Se sabía que un momento así podría llegar porque no cuenta con un plantel sobrado, todo lo contrario. Quedará en Insua inyectar una buena dosis de adrenalina para reactivar a sus muchachos. Ellos, al cabo, son los que tienen que recobrar la intensidad que hizo a este un muy buen ciclo. Pueden hacerlo.

Por @LanzillottaOk

Mundo Azulgrana

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Sitio web y programa de radio dedicado al Club Atlético San Lorenzo de Almagro

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