San Lorenzó empató ante Huracán en un clásico lleno de imprecisiones

Esta nueva edición del clásico barrial no fue la excepción. Desde el comienzo del partido, reinó la fricción y el cruce entre los jugadores. Por ahora más lo que se luchó que lo que jugaron.

Los primeros diez minutos del partido fueron de pura imprecisión por parte de los dos. A partir de allí, comenzó a nominar levemente el local, que ganó las dividas y fue acercándose al arco de Facundo Altamirano.

Con el correr del tiempo, Huracán fue haciéndose del mediocampo y poblando el área de San Lorenzo. Aunque todavía no acertó llegadas de peligro, el Globo comienza a dominar el partido con asociaciones de pases.

Sin embargo, la primera llegada de peligro fue para San Lorenzo a los 25 minutos. Nahuel Barrios encaró hacia dentro y buscó el arco pero se le fue apenas por arriba del arco que defiende Galíndez.

Luego de esa jugada, llegó lo más peligroso del partido en los pies de Pusetto, que casi conecta tras una carambola en el área y gracias al rechazo de Hernández sobre la línea no fue gol. Las imprecisiones entre los dos equipos los condicionaron a la hora de crear chances de gol.

Antes de finalizar el primer tiempo, Herazzo tuvo otra situación clara. Romaña la bajó de un cabezazo y el delantero conectó una volea desde el punto de penal que se fue por arriba.

Así se fueron al entretiempo los dos protagonistas, que poco pudieron hacer en el primer tiempo debido al poco juego. En los últimos minutos, San Lorenzo pudo igualar un poco los rendimientos ante la leve mejoría de Huracán.

Mediante la tenencia de pases y posesión, San Lorenzo avanza y se acerca al arco de Galíndez. Sin embargo, no lo puede hacer con peligro.

Las más peligrosa del ST llegó recién a los 26 minutos con un remate a colocar de Héctor Fertoli que pasó al lado del segundo palo de Altamirano.

En los últimos minutos, el Ciclón dominó el partido y parecía estar mejor que Huracán. Sin embargo, falló mucho en la creación de juego en tres cuartos de cancha rival y no pudo hacerle llegar la pelota a sus delanteros.

Por: Agustín Heredia