La historia detrás del cartel que se volvió viral
En redes sociales, la imagen de diez consignas que le piden los coordinadores de inferiores del Ciclón a los padres de los chicos se reprodujo por todos lados. Fernando Kuyumchoglu habló con Diario Popular y contó por qué recurrieron a ese mensaje
Hoy en día, los padres, que deberían funcionar como contención del chico que sueña con ser futbolista, son un lastre pesado. Alcanza con ir a un partido de baby fútbol en cualquier club de barrio de Buenos Aires para absorber la locura: les gritan, les hablan; son directores técnicos personales. "A esta edad se tienen que divertir, tienen que disfrutar. Si no, después, cuando crecen y llega el momento de competir, no quieren saber más nada", reflexiona Fernando Kuyumchoglu, coordinador del fútbol juvenil de San Lorenzo
San Lorenzo tomó una medida interesante para evitar esas escenas. Los padres no pueden ver los entrenamientos en la Ciudad Deportiva. Está prohibido. Un empleado, durante las prácticas, se ocupa de recorrer el predio para controlar que nadie cruce ese límite. "El padre, ahora, le dice al chico qué hizo bien y qué no. Así, los pibes están sometidos: juegan sabiendo que tienen la mirada de ellos atrás, y buscan su aprobación", dice Kuyumchoglu.
Ya están colocados en las canchas de Ciudad Deportiva los cárteles,ojalá empecemos a aplicar estas consignas !! pic.twitter.com/v3h8fskzcn
— Fernando Kuyumchoglu (@ferkuchu) 14 de abril de 2016
Kuyumchoglu sabe de lo que habla. Fue futbolista: jugó en selecciones juveniles y se retiró a los 27 años. Cuando estaba en inferiores, recuerda, le gustaba llegar a la casa y hablar con el papá: "Él volvía de trabajar y yo le contaba si había hecho un gol, si había dado un buen pase. Eso era lo que más me gustaba. Ahora no es así: el padre, si ve la práctica, corrige al nene todo el tiempo".
El problema es profundo. El sistema en sí está contaminado. Los padres de varios chicos que compiten en FAFI —la liga más exigente de papi fútbol del país—, un campeonato para niños de seis a doce años, cobran un viático por llevar a sus hijos a jugar. "Varios papás viven de sus nenes: de una plata del representante, una ayuda que les den esos equipos de baby", admite Kuyumchoglu. Y agrega: "Por eso hacemos estas cosas. Es una pequeña manera de quitarles presión, de alivianar la pesadez de muchas cosas que pasan en el fútbol. Lamentablemente, se desvirtuó mucho todo".
Fuente: Diario Popular
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