Elías Pereyra, un campeón de la vida

En 2012 Elías Pereyra tenía 13 años y llevaba la mitad de su vida en las divisiones infantiles de San Lorenzo de Almagro pero un día algo raro empezó a pasarle: "Me sentía muy débil, no podía ni ir al colegio. Me sentía mal. Quería estar todo el tiempo acostado. No podía ni comer, no tenía hambre. Llegó un momento en que estaba flaco, no quería comer ni nada".

Los días pasaban y el estado empeoraba así que sus padres decidieron llevarlo al hospital Garrahan: "Apenas llegué me pusieron en una camilla con suero y quedé internado. Le preguntaba a mi viejo qué pasaba y él me decía que nada, que esté tranquilo" dijo a Rodrigo Tamagni, periodista de Infobae.

El mal que lo aquejaba no lo dejaba mantenerse despierto y los médicos le revelaron que tenía cáncer y debía tomar una variedad importante de medicamentos y hacer quimioterapia. Ante la terrible noticia preguntó: "¿Puedo jugar a la pelota?".

"Me quedé una semana en el Garrahan y después iba y venía casi todos los días para hacer quimioterapia. No me podía quedar internado porque había muchos chicos. No es que teníamos auto, era ir y volver en tren. Un tren lleno, pero no importaba porque tenía que hacer el tratamiento" contó Elías que viajaba desde Catán hasta Parque Patricios todos los días y recordó: "La quimioterapia puede durar, no sé, tres, cuatro o cinco horas. A las 8 de la mañana entraba al hospital y a las 6 de la tarde me iba a mi casa. Estaba muerto".

Su paso por el hospital de niños fue cargado de momentos díficiles: "Es duro ver a los chiquitos de 5 años que están pasando por quimioterapia. Me pegó mucho ver cómo sufrían o pedían que no le hagan más la quimio. Me tocó una banda. Ver a todos los chicos peladitos, eso me tocó. Después me di cuenta que era por la quimio y yo estaba igual que ellos".

"Una de las cosas que más recuerdo es que cuando me levantaba veía la almohada llena de pelos porque a la noche se me caía. Ya no la quería ni ver. Eso me mató" dijo Pereyra, que sueña con ser marcador izquierdo del Ciclón.

"Me hice un amigo en el Garrahan que pasábamos lo mismo porque entramos al mismo tiempo. Jugábamos a la pelota en el hospital, los dos peladitos. Eso te ayuda una banda, la pasás mejor" añoró.

A pesar del mal momento Elías siempre se mantuvo firme en la lucha: "Nunca bajé los brazos. No se me cruzó la idea. Capaz que pensás que te pueden pasar cosas feas, pero de ahí a llegar a morir".

También relató un momento terrible que le tocó vivír: "Una sola vez me agarró una alergia durante la quimioterapia que sentí que me moría. No la aguanté. Te empezás a sentir mal, te falta el aire, te agarra el pecho".

"Lloraba cuando estaba en casa o en la cama, me preguntaba '¿por qué mierda me pasa esto a mí si nunca hice nada malo?' Pasás momentos malos y en el hospital llorás porque te sentís mal; tu vieja llora con vos. A veces te quejás hasta con Dios" contó con tristeza.

El pibe de 18 años cuenta su historia de vida y alienta a los que pasan por lo mismo: "Al que está pasando algo similar le diría que la luche, que confíe en Dios. No bajen los brazos: la tormenta no dura para siempre. Si bien vos pensás 'de esta no salgo más', tenés que ir paso a paso. Lucharla. A mí nadie me aseguraba nada, pero yo tenía fe en Dios que iba a salir adelante".

En 2012 el club inició una campaña para recaudar fondos y ayudar a su familia que no contaba con cobertura médica. Pablo Migliore y Leandro Romagnoli colaboraron para acompañarlo.

"Uno sueña siempre con entrenar aunque sea con la Primera. Me tocó jugar el otro día contra Independiente y entrás al vestuario, ves todas las caras… El Pipi, Torrico, todos los grandes. Da mucha emoción y ganas de jugar con ellos. Tengo mucha felicidad"

Por último se refirió a la posibilidad de jugar en primera: "Sé que se puede dar. No me vuelvo loco porque sino te morís. Sé que estoy a un paso. Puede llegar de acá a un año o en dos meses" y sueña con que La Gloriosa coree su nombre: "Pereyra, Pereyra, Pereyra, ¿te imaginás?".