La fiesta del gol
Un 17 de agosto de 1983 San Lorenzo venció de forma angustiosa a Temperley por 4 a 3 por la fecha 14 del torneo metropolitano. El equipo del “Bambino” Veira desplegó en aquel torneo un fútbol ultra ofensivo, que lo convirtió en protagonista decisivo de un título que se escapó por solo un punto.
San Lorenzo había retornado a Primera División a lo grande para la temporada de 1983 y quería volver a recuperar el protagonismo en los torneos de primera. En el Nacional había quedado eliminado de forma injusta sin haber perdido ninguno de sus doce partidos y para el Metropolitano con las contrataciones de Husillos y el Toti Iglesias armó un ataque certero, que completaban Rinaldi, Navarro, Perazzo o Bueno.
Tras un inicio irregular San Lorenzo se fue afianzando en el metro y su poder ofensivo (en varias ocasiones con 4 hombres netos en ataque) comenzó a surtir resultados, no sin las angustias que generaba un defensa férrea (Alul, Biaín, Higuaín y Hrabina) pero de rendimiento irregular. En la fecha 9 un polémico partido con Newell's en Rosario en el cual Gnecco expulsó a seis jugadores de Ciclón (Biaín, Hrabina, Pumpido, Cousillas, Higuaín y Navarro) debilitó al conjunto, que debió jugar varias fechas con una línea de cuatro alternativa que formaban Schamberger, Verdecchia, Pumpido y Videla.
En la fecha 14 San Lorenzo recibió a Temperley en cancha de Vélez, todavía con varias ausencias por las expulsiones y lesiones. El Ciclón salió con Cousillas; Schamberger, Biaín, Pumpido y Videla; Quinteros, Insúa y Husillos, Jorge Rinaldi (Giunta), Iglesias y Navarro. El partido fue pleno de emociones y para el infarto.
San Lorenzo perdía desde los 11 minutos pero Insúa luego de un insólito blooper del arquero mudo de Temperley Cassé, lo empató sobre la misma línea de gol a lo guapo. Iglesias tomó una pelota en el área a los 42 y convirtió el 2 a 1. Un misil de Biaín a los 18 del complemento colocó un 3 a 1 que parecía definitivo, pero la siesta de la endeble defensa santa paralizó los corazones, con sendos goles celestes a los 22 y 25 minutos.
Los azulgranas jugados netamente a la ofensiva siguieron insistiendo, hasta que el Toti Iglesias peinó una increíble pelota ante un Temperley que jugaba al offside para sentenciar un 4 a 3 sufrido pero merecido, a lo San Lorenzo.
“Los muchachos se pusieron 3 a 1 y se quedaron (exclamaba un eufórico Veira) . Pero quedó demostrado que somos un equipo ofensivo y que debemos encarar con esa mentalidad los partidos. A San Lorenzo le falta ese hombre que haga la pausa necesaria para enfriar el trámite. Lo positivo es que tenemos polenta arriba y eso hoy en día es importantísimo”.