A 80 años del debut de Lángara
Nunca en la historia azulgrana el debut de un jugador en el primer equipo, produjo el suceso que significó la irrupción del vasco Isidro Lángara. En su estreno le convirtió 4 goles a River en un solo tiempo, logrando un idilio con el público que habrìa de extenderse hasta su alejamiento a Mèxico en 1943.
Exiliado por la guerra civil española, Lángara y el equipo del Euzcadi relizaban exitosas giras por Europa y América, deslumbrando con su contundente juego de ataque. Sin embargo por cuestiones políticas al arribar a Argentina no se les permitió debutar. En gira luego pasaron a otros países hasta que San Lorenzo se hizo con sus servicios.
A mediados de 1939, San Lorenzo de Almagro de Argentina se interesó por contar en sus filas con los famosos vascos. Primero arribó el defensa Angel Zubieta, por el que se abonó 12 mil pesos. Poco después y con su fama a cuestas, Isidro Lángara llego también al popular club de Boedo. La inversión elevada de 20 mil pesos que causó cierta escepticismo, pronto sería compensada con les enormes réditos que el vasco dejó al club.
Tras un largo viaje de avión, Lángara aterrizó en Buenos Aires. Su estado físico no era el mejor pero sin entrenamiento previo debutó con la camiseta azulgrana el 21 de mayo de 1939. El rival era nada menos que River Plate y el gasómetro estaba desbordado de público por verlo actuar.
San Lorenzo formò esa tarde con Gualco; Terzolo y Gilli, Zubieta, Montoya y Colombo; Cavadini, Waldemar, Làngara, Ballesteros y Beristain. Las risas iniciales por su figura fueron dejando paso enseguida al asombro y a la euforia, al convertir Isidro cuatro goles en poco más de 30 minutos (a los 7, 15, 21 y 35m de la primera etapa).
Lángara esa mísma tarde de mayo se convirtió en ídolo de su equipo. El partido finalizó 4 a 2 para el ciclón. No fue según aseguraba su tarde más brillante, solo reconocía haber tenido un gran sentido de la ubicación. Pronto una gran multitud de españoles (constituían en ese momento la mayor cantidad de inmigrantes en el país con 324.650 residentes) se hicieron hinchas y socios de San Lorenzo.
Sólo en el mes del debut de Lángara, 2000 españoles se asociaron al “ciclón”. El club interpretó con creces el éxito de su contratación e incorporó a dos nuevos compatriotas de los vascos y que ya habían actuado con Lángara en España: Iraragorri y Emilín. En su primer campeonato convirtió 34 goles y terminó a solo 6 goles del cañonero paraguayo de Independiente Arsenio Erico, aunque con menos partidos que el punta del rojo.
Su influencia en el equipo como goleador y capitán fue decisiva en el equipo de Boedo. Sus rivales sin embargo no respetaron su figura y en toda su estadía en el país lo golpearon y lo maltrataron de mala forma en los partidos. El vasco que era de “fierro” como jugador y como persona, no respondió a las agresiones nunca, demostrando un respeto y una entereza notable para continuar el juego.
Isidro Lángara permaneció en Argentina y en San Lorenzo hasta mayo de 1943 con una asistencia casi perfecta. En el club, en el que fue goleador del campeonato de 1940, Señaló más de cien goles y dejó un recuerdo imborrable pese a no ser campeón, así como un vacío que no pudo remplazar de forma inmediata la institución de Boedo. Pocos meses antes de su partida, Isidro Lángara recibió el halago junto con Angel Zubieta, de ser convocados para vestir la camiseta de la selección argentina.
El encuentro disputado en enero del 43 ante Uruguay, no recibió carácter oficial y fue organizado por la asociación de cronistas de Montevideo y de Buenos Aires. Se disputó en el Gasómetro de Avenida la Plata ante unas 50 mil personas y favoreció a los albicelestes que se impusieron por 1 a 0, gracias a un gol de Rinaldo Martino.
Argentina se alineó con Gualco, Salomón y Alberti, Zubieta, Lazzati y Titonell, Laferrara (que actuó como wing derecho), Pairoux, Lángara, Martino y Enrique García. Por los charrúas jugaron hombres destacados como Severino Varela, Luis Ernesto Castro, Zapirain, Obdulio Varela y el argentino Atilio García, que esa tarde debutó con la camiseta celeste.
Tres días después se disputó la revancha en Uruguay y los locales no tuvieron piedad con el equipo argentino, al que ganaron por 6 a 2(Alberti y Orleáns). Lángara volvió a integrar el conjunto, mientras que Zubieta no ingresó en el campo de juego.
Los azulgranas sentirían notablemente su partida hacia México a poco de comenzado el campeonato de 1943. Solo en el temporada de 1945 lograrían encontrar el reemplazo adecuado, con la contratación de René Pontoni.