Como la historia manda

El Ciclón hizo dos goles pero pudieron ser muchos más. Con autoridad el equipo de Aguirre se impuso en el clásico ante un marco espectacular y un clima caluroso que superó los 30 grados.

El encuentro comenzó parejo, con situaciones para los dos equipos. A los 5 el Ciclón tuvo una muy clara tras una muy linda jugada que Blandi no pudo definir bien y el marcador se abrió a los 27 minutos de contra de la mano de Martín Cauteruccio que recorrió tres cuartos de cancha para definir mano a mano con Marcos Díaz.

Pudo empatarlo Huracán pero Torrico hizo una salvada impresionante de un cabezazo de Pussetto que quedará entre las más importantes de su carrera en el Ciclón, simplemente porque fue increíble.

Apenas comenzada la segunda etapa Jerónimo Barrales la tocó con la mano en el área y Herrera cobró penal. Como el pasado 24 de abril y en el mismo arco fue Ortigoza a patear pero no pudo convertir, esta vez la tapó el arquero quemero.

Diez minutos después Caruso mandó a la cancha a Patricio Toranzo y éste a los pocos segundos pegó un pisotón artero en la mitad de cancha que le valió la expulsión. Si hasta ese momento todo era azulgrana, con un hombre más el predominio fue mayor.

Al ratito llegó el segundo y fue otro golazo, esta vez de Sebastián Blanco que entró al área, desparramó a dos defensores del globito y se la clavó a un palo a Díaz. 2-0 y delirio en los cuatro sectores del Bidegain. 

La media hora final fueron puros ataques del Ciclón que no pudieron plasmarse en la red. Del lado visitante hubo una tarea muy pobre y un llanto muy grande, tal como lo marca la historia. El Ciclón ganó y se sacó la mufa de cuatro partidos sin triunfos, del lado del globito sumó su derrota número 1000 en el profesionalismo.