Dos extranjeros en Boedo
El defensor camerunés Tobie Mimboe llegó en 1996 y el volante español Javier Artero en 1999. Desde lugares poco habituales buscaron una oportunidad en Argentina y no tuvieron suerte.
Tobie Mimboe nació en Yaounde, la capital de Camerún en 1964. Zaguero central de 1,74, hizo sus primeras armas en el equipo del Olympic camerunés hasta que le llegó la oportunidad de la experiencia sudamericana recalando en Paraguay en los equipos de Recoleta, Colegiales y 12 de octubre.
Con el pergamino de haber estado en la lista de su selección, no en un mundial pero sí en la Copa Africana de Naciones, llega a la Argentina. Primero hace una prueba en Rosario Central donde no quedó y finalmente firma con San Lorenzo en 1996, a los 32 años, para jugar en un puesto que estaba super poblado con Oscar Ruggeri, Jorge Borelli, Luis Fernando y Hector Almandoz.
La anécdota más divertida la contó Sebastian Abreu recordando al jugador en ESPN: "Era musulmán, usaba túnica. Un día se la corté toda, se la puso y estaba toda cortada, me quiso matar; hasta tenía un dedo por la mitad el negro. ¿Qué te pasó? , le pregunté. Me dijo que había sido un león".
En su breve paso por San Lorenzo (96-97), no solo jugó poco y nada, sino que en un accidente doméstico se incendió su casa y su pequeño hijo salvó su vida de milagro. Allí buscó irse del país y se trasladó a destinos más exóticos: Turquía y China.
El 2002 ya lo encontraría nuevamente en Sudamérica, más precisamente en el The Stongest de Bolivia y luego en Sportivo Luqueño de Paraguay, país en donde decidió quedarse a vivir en un barrio residencial.
Cuentan que hace 5 años se anotó para jugar en un equipo barrial que se llama Atalanta de Paraguay.
"Cuando era infantil del Madrid, mil veces vi a Oscar Ruggeri entrenarse. Aunque nunca pude acercarme a él. Y que ahora lo tenga como mister para mí es un orgullo enorme, una satisfacción única", declaraba el 9 de julio de 1999, Javier Artero, un volante español que dejaba el Badajoz para incorporarse a San Lorenzo.
"Toda España esta hablando de mi, Seguro que en Argentina me van a llamar El Gallego, ja, ja", sonreía el español al llegar a Buenos Aires. Con 24 años firmaba para San Lorenzo, luego de haber pasado por el Real Madrid C, el Leganes y el Badajoz.
Pero la emoción pronto se chocó con la realidad. El entrenador Oscar Ruggeri le dijo personalmente "ni te conozco ni te pedí", por lo que se preguntó al representante"que hago aqui", y la respuesta fue paciencia. Jugó algunos partidos en reserva y tres partidos oficiales.
Ruggeri quería renovar el equipo con sangre fresca, y "me puso a entrenar con ilustres veteranos con los que ya no contaba: Zapata, Borelli. Era su modo de decirme que no contaba para él", señaló en una entrevista para España.
El propio Artero contaría mas detalles de su estadía en San Lorenzo: "Convenzo al entrenador de mi compromiso con su proyecto. Acabo siendo titular en muchos partidos, sobre todo en la Copa Mercosur, donde llegamos a ser semifinalistas, y también contribuyo a dejar al equipo tercero en el campeonato clausura. Pero las convulsiones internas continuaban en el club y el propio Ruggeri termina por limpiarme. Había que buscar una salida".
Y esa salida estaba en Europa, más precisamente en Escocia para jugar en el Dundee. Es una de las figuras del equipo en las dos primeras temporadas, lo amaban, hasta que una mañana en el entrenamiento comenzó a ver doble y a perder el equilibrio. Lo llevan al hospital a hacerle estudios y el resultado fue contundente: Esclerosis Multiple, una enfermedad que afecta al cerebro y a la medula espinal que lo obligó a dejar el futbol en el 2002 a los 27 años.
Alejado de las canchas, Artero contó su momento: "Disfruto muchísimo de la vida , mi mujer, mis hijos y de los recuerdos de mi breve pero intensa carrera futbolística. Cuando voy a Dundee, donde en 2003 me nombraron personalidad del año, la gente aún me reconoce y me para por la calle".