El Perro que dejó mudo al Cementerio

San Lorenzo venía de salir campeón del Torneo Clausura 95 (luego de 21 años sin títulos) y pretendía repetir el logro para el Apertura. Para la fecha 10 el equipo estaba puntero pero sin demostrar la solidez defensiva de aquel título. Algunas sorprendentes derrotas como local ante Gimnasia y Argentinos fueron mermando las posibilidades, aunque de visita el Ciclón seguía ganando partidos difíciles, como en aquella fecha 13 ante Colón.

Los santos y los sabaleros no jugaban en primera desde el fatídico metropolitano 81, cuando ambos conjuntos habían descendido de categoría. San Lorenzo en aquella oportunidad había ganado por 1 a 0 con gol de Mario Rizzi. Posteriormente por el torneo de ascenso de 1982, los sabaleros ganaron por 2 a 0.

La noche del “reencuentro” en el cementerio de los elefantes, San Lorenzo formó con: Passet; Rivadero, Quinteros, Graña y Manusovich; Monserrat, Galetto, Netto y Silas; Biaggio y Arbarellos (después Ortega Sánchez). Con su manual predilecto del contragolpe Veira armó el entramado de la festejada victoria por 2 a 0.

A los 5 monutos del complemento Carlos Netto fusiló a Leo Díaz desde la medialuna del área, con uno de sus reconocidos misiles. Veinte minutos después el impredecible "perro" Arbarello enfiló en una corrida hacia el área, para luego de eludir a un rival, fallar en su disparo (al límite de hacerse un nudo) y convertir con tiro fuerte al medio que pasó por debajo de las piernas del arquero. Fue el cuarto gol del “perro” con la azulgrana.

San Lorenzo, que tenía un potencial para repetir el título y se diluyó, finalizó quinto en el campeonato. El Ciclón no ganó de nuevo en dicho estadio hasta el Clausura 2002, con un solitario gol de Pablo Michelini.